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Democracia vacía Imprimir
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Escrito por Diego Oscar Durán   
Lunes, 14 de Diciembre de 2009 16:15

Democracia Vacía

Las elecciones son el eje fundamental de la democracia donde la representación de  ciudadanos e instituciones se refleja a través del voto. El sufragio también es la valoración y aceptación de un sistema electoral en el cual se asientan las bases constitucionales de un país. En cuanto a los diferentes matices que se dan dentro de este sistema, influenciados por los actores intervinientes, determinan la cohesión a favor o en contra de una u otra propuesta.

 

Estos actores disciernen sobre el grado de influencia que pretenden tener dentro de una comunidad determinada y lograr ser aceptados en cuanto su ideología es rescatada por parte de algunos individuos. Aunque a veces corren el riesgo de quedar enmarcados en sí mismos, porque la sociedad ya conoce sobre las improntas de las deudas contraídas hacia ella, salen igualmente a la pelea en condiciones desfavorables y poco consistentes con una total falta de códigos que ni en el “Reino del Revés” tendrían sentido.

Esto se refleja en cada una de las elecciones, legislativas o presidenciales, donde la influencia de los más poderosos del oficialismo y la oposición, crean situaciones que dan que pensar en cuanto a la legalidad democrática de un sufragio.

En un intento desesperado por no perder la capacidad de autoritarismo recurrente, a la cual nos tienen acostumbrados ciertos personajes muy poco elocuentes, se realizan maniobras casi magistrales, buscando dar una vuelta de tuerca más a la ya muy falseada rueda de la fortuna política: ejemplo las “candidaturas testimoniales”.

Las listas que se presentan, hacen eco de una realidad que no comparte la iniciativa popular en cuanto al cambio esperado. Con el apoyo de los mismos gordos “activistas” de siempre, las alternativas de una votación distinta se convierten en pura ficción.

La poca imaginación de los responsables de la repartida de candidatos, no logran acercarse a lo más importante del concilio general y vuelven a acarrear el fantasmagórico recuerdo de un pasado no muy lejano.

La tormenta de incertidumbres, hace devenir a menos el eje central de la cuestión. No todos los comensales saben intervenir con sus mejores armas en la lucha imprudente de un sistema, que se hace parecer, inexacto, y al cual no le dejan margen de aptitud democrática ni espacio para una nueva alternativa de acción.

Al parecer, el “genio de la lámpara” electoral, no se resigna a un posible encuentro con el “fantasmita amigable” de la legalidad constitucional dentro de las cuevas de las maravillas porque, aún teniendo todo a favor, el temor de un posible abracadabra por parte del genio, podría revertir una coyuntura a la que se viene combatiendo desde hace varias décadas con gran éxito.

Para finalizar, se podría decir que la importancia de las elecciones radica principalmente en los efectos que se producirán en los partidos políticos y en sus carreras demagógicas hacia el futuro poco incierto y que lo único que queda claro es que el oficialismo representa sus propios intereses al igual que la oposición, a través de diferentes recursos, siempre sacando ventajas por sobre los demás sin importar los grados de participación ciudadana producto de un país cuyas páginas en blanco conforman el libro de la democracia vacía.

 

 

 

Columnista:
Diego O. Durán
portaldelarealidad.blogspot.com

 

Democracia vacía