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Este lunes 17 de junio se cumplen 4 años de la muerte del jóven piloto de América ocurrida en un siniestro vial en la ruta 5. El destino quiso que esa madrugada el Campeón dejará inconclusa una carrera que tenía destino de grandeza.

 

Una fría madrugada en esa curva maldita se perdió no solo la vida de un gran piloto sino también a un gran ser humano con todas las condiciones que hacen que una persona sea reconocida.

 

Simpatía, humildad, hombría de bien, apego por su familia, amigos y su ciudad, carisma son solo algunas de las características que servirían para definir a a quien a dejado en sus pocos años vividos una huella imborrable en la comunidad.

 

Hoy cuando entramos a salimos de nuestra ciudad es imposible no recordarlo al ver su nombre escrito en la rotonda del acceso principal, se lo ganó, sin dudas por dar siempre una mano en pos de la concientización con el tema del tránsito, por ser quien paseo por todo el país el nombre de América pero lo más importante de todo por ser un tipo humilde y sencillo... de pueblo...de los nuestros, de los que nunca se olvidan.