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Acá está el Ney: Brasil 2 Mexico 0 Imprimir
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Lunes, 02 de Julio de 2018 14:12
Por Diego Macias
 
Ya sin Messi y Cristiano, Neymar apareció en su dimensión para llevar a Brasil a cuartos de final. Mucho 10 y mucho equipo para los mexicanos.
 
Tenía que decidirse y no podía elegir mejor momento. Dejó de jugar para el clip sponsoreable y se puso la camiseta de su equipo. En tiempos en los que Cristiano Ronaldo, Messi, Isco, Iniesta, Ozil y tantos cracks del fútbol mundial andan de vacaciones, acá está el Rey. Se llama Neymar, sí, y puso a Brasil en cuartos de final tras ganarle a México por 2-0.
 
La deuda interna de los brasileños con su fútbol histórico fue creciendo con los partidos de la primera fase. Sin laterales que se proyectaran (¡cuánto extraña a Marcelo y Dani Alves!), con un medio con más quite que juego, Coutinho se bancaba el equipo mientras que Neymar hacía algunas piruetas y Willian parecía perdido. México tomó nota y los desafió. Les faltó el respeto como había hecho contra Alemania con una pequeña y gigante diferencia: los brasileños saben ensuciar el juego cuando hace falta y los mexicanos dejaron la eficacia ofensiva en aquel debut con los alemanes. Ni Lozano ni Chicharito, teñido a lo Carlitos Teve, mostraban esa definición letal mientras Miranda y Thiago Silva se acomodaban.
 
No contaron o, mejor dicho, quizá soñaron con que el rey estaba dispuesto a ponerse la corona. Y menos que menos que Willian pasaría de ser el peor jugador de la cancha contra Serbia a una de las figuras del día. Neymar, con el peso de la 10 verdeamarela, se hizo una fiesta por la izquierda. Alvarez, Gallardo, Salcedo y Ayala iban cambiando la marca pero estaba intratable. Su sociedad futbolera con Willian mostraba los mejores momentos de un Brasil que con poco le quitaba a México esa ilusión con la que arrancó jugando, creyendo que esta vez sí sería posible llegar a un quinto partido en una Copa del Mundo.
 
México decidió ir a la caza entonces de Neymar y ahí erró el foco. Se turnó para pegarle y la pelota cayó entonces en el otro crack de la tarde, Willian. Sin posiciones fijas, los dos comenzaron a progresar tocando. Si tardaron en romper el cero fue porque Ochoa, el inmenso arquero mexicano, sacó tres de gol impensadas.
 
Y entonces llegó la jugada que cambió la historia. Típico comienzo de Neymar enganchando y apilando jugadores de izquierda a derecha. La diferencia, la gran diferencia, es que dejó de jugar sólo para él. Y cuando en otro partido de este Mundial hubiera seguido en la búsqueda de fantasías, la pisó para atrás dejando a Willian listo para meterse al área. Siguió la jugada y el centro atrás llegó justito para el rey. Esa opción del 10 marcó que entonces sí estaba decidido a jugar más para Brasil que para su clip de fantasías.
 
El orgullo mexicano le dio algunas chances aunque nunca pareció peligrar el partido para Brasil. Por las dudas, Neymar decidió –además de soportar mil patadas- acelerar. Aceleró, eludió y la tocó suave para que Firmino la empujara mostrándose otra vez como jugador de equipo. Un salto de calidad en un Mundial que necesitaba encontrar su gran figura. Y al final la encontró.