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Qué hay detrás de los precios que pagan los consumidores cuando compran carne, leche y pan Imprimir
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Domingo, 12 de Mayo de 2019 10:04
Un estudio de FADA analiza las diferencias que existen entre la materia prima y los puntos de venta. Uno de los principales problemas es el componente impositivo, al que se le suma la dispersión de precios originada por la inflación.
 
En medio de un fuerte proceso inflacionario, los consumidores sufren al momento de comprar alimentos básicos, como carne, leche y pan. En el caso de estos tres productos sensibles, las diferencias entre los valores de  la materia prima y el valor en góndola llaman la atención, más allá de los intentos del Gobierno nacional de impulsar su consumo, a través del plan Precios Esenciales.
 
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) analizó el comportamiento de los precios en estos tres alimentos y arribaron a datos concluyentes. Por ejemplo, desde que el trigo sale del campo hasta la venta de pan, el precio se multiplica siete veces, mientras que en el caso de la leche lo hace por tres.
 
Cuando compramos un sachet de leche, el trabajo detalló que un 78,7% por ciento del precio está conformado por costos y un 26% impuestos. En esta cadena de valor, el impuesto que más relevancia tiene en la cadena es el IVA, con casi el 70% del total de los impuestos, principalmente porque se recauda poco por el impuesto a las ganancias, justamente por las pérdidas en la cadena.
 
“La leche es un producto al que el supermercado le aplica un margen menor, ya que se la considera un producto gancho o de atracción y ese resultado puntual se compensa entonces con márgenes de otros artículos”, explicó David Miazzo, economista jefe de FADA. En este sentido, remarcó que otro de los problemas en su venta es la gran dispersión de precios.
 
Al analizar el precio del pan, el 57,9% son costos, el 24,5% impuestos y el 17,6% ganancias. De esos impuestos, más del 80% son nacionales, 16% provinciales y 2,4% impuestos municipales. Natalia Ariño, economista de FADA, sostuvo que “por cada kilo de pan que compramos, se están pagando casi 22 pesos de salarios, siendo el sector panadero el que más lo acumula, representando el 42% de los costos del comercio, ya que este último eslabón se caracteriza por un uso intensivo de personal”
 
En relación a la cadena de la carne, Ariño sostuvo que presenta la particularidad que “el Estado es el primer formador de precios ya que casi un tercio del precio final que paga el consumidor está conformado por los impuestos”. De esos impuestos, el 77% son nacionales, el 19% son provinciales y un 8% es municipal. Luego del Estado, le siguen el feedlot (27,5%), la etapa de la cría con el 21%, la carnicería 12,2% y el frigorífico con el 8,9%.
  Qué hay detrás de los precios que pagan los consumidores cuando compran carne, leche y pan