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River va por todo Imprimir
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Viernes, 11 de Octubre de 2019 23:03
Con goles de Borré y Scocco, el equipo de Gallardo le ganó 2-0 a Almagro y se metió en semis de la Copa Argentina. Volvieron Quintero y Ponzio, el Millo sigue vivo en los tres frentes y no afloja.
 
Una semifinal más. Otra demostración de lo que ya se vuelve cansador: que este River juega a otra cosa, y que de lo que no se agota es de ser insoportable para los rivales. Esta vez lo sufrió Almagro, que si no fuera por su arquero Limousin se iba con la canasta cargada de goles, pero lo disfrutó gran parte del mundo futbolero. Los de Gallardo avanzan en la Copa Argentina al mismo ritmo que en la Superliga y que en la Copa Libertadores, por la que sus hinchas volvieron a pedir en Mendoza. El Malvinas Argentinas vivió una fiesta completamente riverplatense con ese fútbol de alto vuelo en el ST y con el regreso de Juan Fernando Quintero a las canchas y en un nivel acorde al cariño que se supo ganar en Núñez. Esa zurdita, señores... El colombiano ya calienta motores y dejó en claro que quiere estar el 22 en la revancha ante Boca. Como sea, mientras tanto este River está copado de verdad...
 
En la búsqueda, River no modifica nunca su idea conceptual. Puede llegar con más facilidad y generar 10 ó 20 chances por tiempo, o bien puede ser un ajedrecista como lo fue por momentos ayer en el PT. Toca, que abre la cancha y mueve la pelota de un lado a otro, rota posiciones hasta que en una de esas sociedades te emboca (jugadón entre Nacho-Palacios y olfato goleador de Borré para ir en busca del rebote) y después te maneja los tiempos. Otro podría ceder el protagonismo; River no. Puede sufrir, acaso, algún sacudón como el único que generó Almagro por un bochazo a espaldas de Martínez Quarta, pero tiene a un arquero de equipo gigante: tapadón de Armani que evitó lo que hasta entonces parecía ser una quimera. Es que más allá de esa situación, los de Gallardo no sufrieron (Enzo, una fiera como tapón en el medio) aunque sí les faltó un poco más de punch. Borré, de lo mejor y muy involucrado en el juego, y Scocco avispado para recibir la habilitación top del colombiano aunque el palo le negó el grito que hubiese simplificado rápido la historia.
 
Pero si hay algo que este River sabe manejar es la ansiedad: pocas veces sus jugadores se desesperan. Y el Nacho delantero fue un claro ejemplo porque siguió buscando, se le negó la segunda pero en la tercera tuvo su premio: asistencia genial del Nacho volante, la bajó con clase y adentro. Y en sintonía, el equipo pisó el acelerador a pleno hasta transformar a Limousin en una de las figuras en Mendoza. Vaya que llegó el equipo de MG, y más aún cuando entraron Pratto y Juanfer Quintero. Porque después de 208 días afuera, el 10 entró como antes: enchufado, lúcido y con la zurda pícara como siempre (el tiro libre que le saca el arquero...). ¡Qué jugador recuperó el Muñeco, mamita! En fin, la cuestión es que el Millo generó a destajo y el 2-0 otra vez le quedó muy corto. Aunque pensándolo bien, el hincha se fue contento por partida doble. Claro, tal vez las que no entraron ayer sean las que liquiden la serie en la Bombonera...}
Fuente: Olé
 River va por todo