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Regresó al país la Virgen de Luján que estuvo en la guerra de Malvinas luego de permanecer 37 años en una catedral británica Imprimir
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Lunes, 04 de Noviembre de 2019 11:04
La imagen que acompañó a los soldados argentinos durante el conflicto bélico llegó esta mañana al aeropuerto de Ezeiza, donde fue recibida con honores
 
El 9 de abril de 1982, siete días después del desembarco militar en las Islas Malvinas, salió del continente una escultura venerada de 38 centímetros construida a base de arcilla cocida. Pasaron 37 años: la imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados argentinos durante la guerra regresó al país, a las seis de la mañana, en un vuelo directo del Aeropuerto Internacional Leonardo Da Vinci-Fiumicino, de Roma.
 
Arribó temprano al aeropuerto de Ezeiza, donde fue recibida con honores por efectivos de fuerzas armadas, de seguridad y veteranos de guerra. La llevaba el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, escoltado por veteranos de guerra y una bandera argentina con la leyenda “Islas Malvinas, patria y soberanía”. El monseñor, principal promotor de la restitución de la imagen, calificó su regreso como “un milagro”. “La Virgen nos habla de la fraternidad entre los pueblos, es madre de todos. Tenemos que empezar a vivir como hermanos, a pensar pensar distintos. María nos recuerda que tenemos un Dios en común”, agregó en conferencia de prensa.
 
Su paradero parecía desconocido. Cuando finalizó la guerra, la Virgen de Luján enviada para proteger a los soldados argentinos durante el conflicto bélico, se entronizó en la ventana oriental de la Catedral de San Miguel y San Jorge de Aldershot, en el condado de Hampshire, sede del obispado castrense británico, a través de la gestión del monseñor Dan Spraggon, dado que en la parroquia Saint Mary de las Islas Malvinas, donde permaneció a resguardo durante la guerra, había dos imágenes: unos turistas argentinos ya habían dejado una imagen décadas atrás.
 
La Virgen llegó a las islas por el entonces capellán mayor de la Fuerza Aérea Argentina, monseñor Roque Manuel Puyelli, el viernes santo del 9 de abril de 1982
 
La trasladaron a la catedral británica en memoria de los caídos durante el conflicto bélico, sin banderas, patrias ni distinciones. Debajo de la santa patrona, una placa negra explicaba en inglés: “Los argentinos invadieron las Islas Malvinas en 1982 y llevaron con ellos esta estatua de Nuestra Señora de Luján. Después de su rendición dejaron la imagen con el prefecto apostólico de las islas, monseñor Dan Spraggon. Él se la presentó al padre Alfred Hayes, quien estaba con las fuerzas británicas a lo largo de la campaña”.
 
Cuando Daniel Doronzoro, fundador y presidente del grupo “La Fe del Centurión”, de la diócesis de Quilmes, encontró en un recorte periodístico la historia de su traslado contada por el médico militar inglés James M. Ryan, motorizó las gestiones para su repatriación. La causa involucró al obispado castrense, la diócesis que nuclea a las Fuerzas Armadas y a las fuerzas de seguridad: el monseñor Olivera le envió una comunicación formal al obispado británico.
 
El obispo Paul James Mason aceptó la restitución de la Virgen y en retribución y en señal de gratitud, las autoridades argentinas ofrecieron entregarles una réplica de la imagen. Monseñor Mason calificó el traspaso como un signo de conexión, fe compartida y buena voluntad pacífica entre ambas naciones, y Monseñor Olivera, lo describió como un símbolo de fraternidad, de diálogo y respeto. El intercambio se realizó el 30 de octubre en el Vaticano: el Papa Francisco bendijo ambas imágenes.
 
Regresó al país la Virgen de Luján que estuvo en la guerra de Malvinas luego de permanecer 37 años en una catedral británica