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Sergio Palazzo, ¿el nuevo Moyano?: la historia secreta del sindicalista más temido por su poder en los bancos Imprimir
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Sábado, 04 de Abril de 2020 16:08
El líder de la Asociación Bancaria es mendocino, radical, cercano al kirchnerismo y fue el delfín del polémico Juan José Zanola. Tiene buena relación con el sistema financiero, logra buenos acuerdos salariales y con el dirigente camionero comparte la política y la pasión por Independiente
 
Por Ricardo Carpena
 
Este domingo soplará 58 velitas, pero quizá no sea un cumpleaños demasiado feliz. Sergio Palazzo se hizo más conocido que nunca en los últimos días porque fue identificado como uno de los responsables de que miles de jubilados se agolparan ante los bancos para cobrar sus haberes en plena cuarentena y sin que a nadie le importara que pertenecieran a un grupo de riesgo.
 
El secretario general de la Asociación Bancaria negó en varias entrevistas su responsabilidad en ese bochorno y descargó la culpa en las autoridades del Banco Central y de la ANSES. En la intimidad, algunos banqueros insisten en que el sindicalista se habría negado a abrir las sucursales durante la pandemia. Y los dirigentes de la CGT, al hablar este viernes con Alberto Fernández sobre el maltrato que están sufriendo los jubilados ante los bancos, plantearon algo que pareció un cuestionamiento a Palazzo, de mucha llegada al Gobierno: “No se entiende por qué la actividad bancaria no fue incluida como un servicio esencial en el decreto que fijó el aislamiento obligatorio”.
 
Sergio Omar Palazzo es un hombre de fuertes contrastes. Es de origen radical, pero se acercó mucho al kirchnerismo. Aun así, lidera un influyente gremio de 80.000 afiliados en todo el país que fue uno de los que le hizo más paros al gobierno de Cristina Kirchner en protesta por el Impuesto a las Ganancias y en una entrevista con el diario La Nación de mayo de 2015 llegó a decir: “Axel Kicillof (por entonces, ministro de Economía) es un gorila y encabeza una avanzada sobre los sindicatos”.
 
Irrumpió a nivel nacional de la mano de Juan José Zanola, el ex titular de la Asociación Bancaria que fue todopoderoso desde 1983 hasta que cayó preso en 2009, acusado de ser el jefe de una asociación ilícita que comercializaba medicamentos adulterados. Pero Palazzo, su secretario adjunto y elegido como “delfín”, no estuvo procesado en esa causa y terminó al frente del gremio, primero en forma interina y luego ratificado en dos elecciones consecutivas que lo mantendrán en el cargo hasta 2021.
Palazzo, con Alberto Fernández
 
Pero, ¿quién es este dirigente sindical que hoy está en boca de todos? La ficha técnica dice que nació el 5 de abril de 1962 en Guaymallén, Mendoza. Su papá era colectivero y su mamá, empleada doméstica. Tiene un hermano mayor. Terminó la escuela secundaria y empezó a estudiar Derecho, carrera que abandonó a los dos años. En 2008 cursó un master de administración en recursos de salud en la universidad que creó el ministro Ginés González García, Isalud.
 
Está en pareja con la misma mujer desde hace 18 años, con quien tuvo tres hijos, de 16, 13 y 7 años, y tiene dos hijos de un matrimonio anterior, uno de 33 años y otro de 23.
 
Desde que se mudó de Guaymallén a Buenos Aires, en 2005, siempre vivió en la misma casa, en un barrio de El Palomar, en el partido de Tres de Febrero. Los que lo conocen aseguran que tiene un estilo de vida austero y hace poco se presentó así ante una persona que le preguntó por su patrimonio: “No vivo en un country, no tengo haras de caballo ni campos y soy dueño de un auto modelo 2016”.
 
Tenaz como buen ariano, tuvo la suficiente disciplina en 2017 para bajar 50 kilos debido a problemas de salud y, aunque se sigue cuidando con las comidas, ahora debe volver a perder ocho kilos.
 
Empezó a militar en la UCR cuando cumplió 18 años, en plena dictadura militar, y poco después se entusiasmó con la ascendente figura de Raúl Alfonsín (“nos hizo entender a todos los jóvenes que teníamos que participar en política”, suele decir Palazzo sobre el ex Presidente). Sin embargo, la actividad sindical le ganó a la partidaria: empezó a trabajar en 1984 en el Banco Mendoza y al poco tiempo fue elegido delegado y durante varios años integró la comisión interna de la entidad hasta que en 1994 se convirtió en el secretario general de la seccional provincial del sindicato.
 
Con la caída del Banco Mendoza, Palazzo tuvo un gran protagonismo para lograr la reincorporación de los empleados en otras entidades bancarias. La mayoría se reinsertó en el Banco Nación, donde el líder de la Asociación Bancaria aún figura como empleado, con licencia gremial.
 
Sergio Palazzo, al frente de una movilización de bancarios, en 2018
 
Esa tarea llamó la atención de Zanola, que lo sumó como secretario de Acción Social y Deportes en la lista con la que logró la reelección en 2005. En los siguientes comicios del sindicato, en 2009, Palazzo se convirtió en secretario adjunto, secundando a su polémico líder. Pero ese cargo le duró poco: a los 40 días de haber asumido, Zanola fue a la cárcel y él quedó al frente del gremio.
 
Mientras estuvo detenido, Palazzo iba a visitarlo a prisión. “Siempre lo hice y no tengo de qué arrepentirme”, le confesó a un conocido. Pero ese gesto de lealtad hacia su jefe sindical no dañó su imagen: ganó por el 90 por ciento de los votos las elecciones de La Bancaria en 2013, las primeras en las que se presentó como candidato a secretario general, frente a dos listas competidoras.
 
Una de las claves de su gestión fue la exitosa negociación con Cristina Kirchner para que le restituyeran la obra social al sindicato a mediados de 2013, después de cuatro años de intervención por parte del Estado: fue el gobierno kirchnerista el que presionó a los bancos para lograr que aportaran 100 millones de pesos anuales a La Bancaria para el saneamiento de la entidad.
 
Por eso algunos le atribuían a una deuda de gratitud de Palazzo hacia el gobierno cristinista la decisión de abandonar la opositora CGT Azopardo de Hugo Moyano, en 2013. El líder bancario aclaró que ese gesto no se lo había pedido nadie del Gobierno, pero era obvio que no podía seguir al lado del gran opositor sindical luego de semejante favor que le permitió recuperar la obra social.
 
Aun así, la Bancaria fue el gremio que más paros le hizo a Cristina Kirchner en protesta por el Impuesto a las Ganancias: fueron diez en los últimos dos años, basados en el hecho de que los trabajadores del sector, con muy buenos sueldos, son de los más afectados por los efectos de aquel tributo.
 
Sergio Palazzo y Cristina Kirchner
 
Palazzo consiguió en aquella época incorporar a la paritaria un inédito adicional cuyo monto está atado a las utilidades de las empresas en concepto de “participación en las ganancias”, rubro que fue presentado como una conquista histórica por el sindicato bancario: "inspirado” en el artículo 14 de la Constitución Nacional y por primera vez incorporado a un convenio colectivo, significaba que “si los bancos ganan más, los trabajadores van a cobrar más, y si ganan menos, van a cobrar menos”.
 
Es uno de los sindicatos que obtiene mejores aumentos en las paritarias gracias al poder de fuego de su sindicato y a las importantes ganancias que obtiene desde hace años el sector financiero, con cuyos representantes mantiene una buena relación: los dueños de los bancos lo respetan, aunque algunos le temen.
 
Hace tres años, en una entrevista con el periodista Federico Mayol, de Infobae, Zanola dijo lo siguiente cuando le preguntaron acerca de su relación con Palazzo: “Hoy mantengo diálogo con él. Entre lo que hay, sin descalificar a nadie, no es brillante pero es muy laburador, no es tonto”.
 
Que no era tonto lo volvió a demostrar en 2017: en las elecciones del sindicato consiguió el aval de las 53 seccionales y así obtuvo su primera reelección sin que se presentara ninguna lista opositora. En su flamante consejo directivo la presencia de la mujer superó lo establecido en el cupo femenino. Y logró imponer un fuerte recambio generacional entre los dirigentes que lo rodeaban en la conducción.
 
Por entonces ya era más que un dirigente en ascenso. En las elecciones nacionales había apostado a la candidatura presidencial de Daniel Scioli y por eso durante el macrismo fue uno de los más tenaces opositores sindicales. En esa época creó la Corriente Federal, una agrupación de gremios identificados con el kirchnerismo como los pilotos de Aerolíneas, textiles, gráficos y curtidores.
 
En la etapa final del gobierno de Juntos por el Cambio entabló otra fuerte batalla para encuadrar dentro de su gremio a los trabajadores de Mercado Libre: “Quiero que todos los trabajadores de las fintech se encuadren como trabajadores bancarios. Si están prestando servicios financieros, tienen que estar dentro de La Bancaria, y de nuestro convenio colectivo de trabajo”, le dijo al diario Clarín. Y agregó, de manera concluyente: “Quiero ser el Moyano del sistema financiero".
 
Hugo Moyano y Sergio Palazzo también comparten la pasión por Independiente
 
Con Hugo Moyano, con quien se había distanciado en 2013 luego de que abandonó la CGT, volvió a reconciliarse políticamente cuando ambos coincidieron como opositores de Macri. Pero la vieja ruptura sindical no se había trasladado a otra pasión que ambos comparten: el fútbol y, más precisamente, la condición de fanáticos hinchas de Independiente. Palazzo, que tenía en su oficina un maniquí con la camiseta firmada por Ricardo Bochini, fue el operador que permitió acercar sponsors para que Moyano pudiera convertirse en presidente del club de Avellaneda en 2014. Desde hace dos años, el bancario es primer vocal de la comisión directiva de la institución que preside el jefe camionero, algo que les permite compartir las actuales desventuras del Rojo en el plano deportivo.
 
Ambos comparten también las simpatías políticas: fueron los primeros sindicalistas en apostar por la candidatura presidencial de Cristina Kirchner, a fines de la administración macrista. Aunque Palazzo es quizá uno de los pocos que le dijo que no a la ex Presidenta: en 2017 declinó una oferta para que fuera candidato a diputado nacional por Unidad Ciudadana en las elecciones nacionales.
 
Siempre se dijo que quería convertirse en secretario general de la CGT, pero sus allegados lo desmienten. “No es un tema que tenga en su agenda, y menos ahora”, aseguraron a Infobae. Sus colegas gremiales suelen mirarlo de reojo por sus movimientos autónomos y por su “pecado” de origen: para una corporación de matriz peronista, un radical nunca podrá liderar la central obrera.
 
El titular de La Bancaria respaldó inmediatamente la candidatura de Alberto Fernández en 2019 y se convirtió en uno de sus principales interlocutores sindicales. ¿Se convirtió hoy en un dolor de cabeza luego de las escandalosas imágenes de los jubilados apiñados ante los bancos? Esta historia aún no está terminada, pero el Presidente, como lo demostró esta semana al calificar a Hugo Moyano como “dirigente ejemplar”, suele tener una mirada del sindicalismo que no comparte la mayor parte de la sociedad.
 
 
Sergio Palazzo, ¿el nuevo Moyano?: la historia secreta del sindicalista más temido por su poder en los bancos