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Familias monoparentales: la mirada cruel de los otros y el drama de hacer las compras en cuarentena Imprimir
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Lunes, 20 de Abril de 2020 22:04
La odisea de las madres solteras para salir a la calle con sus hijos durante el aislamiento: son blanco de críticas, prohibiciones y actitudes de sobrevigilancia.La odisea de las madres solteras para salir a la calle con sus hijos durante el aislamiento: son blanco de críticas, prohibiciones y actitudes de sobrevigilancia.
 
Hace unos días el actor Nicolás Cabré atravesó un incómodo momento. Fue a un supermercado con su hija de seis años y los guardias de seguridad no lo dejaron entrar debido a que, según lo que le informaron, no está permitido hacer las compras de a dos . La noticia, comentada por Chiche Gelblung, solo trascendió en las secciones de espectáculos de los medios y no tuvo demasiada repercusión. Sin embargo, el hecho esconde una situación invisible para muchos hasta el momento: la que deben enfrentar las familias monoparentales durante el aislamiento.
 
La multiplicación de tareas
 
No es el caso del actor que si bien está separado de la madre de su hija, comparte con ella la crianza. Se trata, en cambio, de aquellas madres -en su mayoría- que son cabeza de familia , que crían solas y que deben hacerse cargo de mantener, cuidar y educar a sus hijos pequeños siempre, en todas las circunstancias de la vida, incluida la de esta cuarentena.
 
Estas madres deben lidiar a diario con el hecho de no contar con otra persona en igualdad de condiciones que ellas para hacerse cargo de los niños o las niñas. Pero en este contexto la situación empeoró: la cuarentena provocó que ni siquiera cuenten con la ayuda de los abuelos que, al pertenecer a uno de los grupos de riesgo, no pueden de ninguna manera colaborar como quizás lo venían haciendo hasta la llegada del coronavirus. Juntar hoy a un niño con un mayor de 65 años es una irresponsabilidad.
 
A las horas de teletrabajo combinadas en simultáneo con el cuidado de los niños en casa se les suma hacer la tarea, limpiar, preparar la comida y salir a hacer las compras. En esta última actividad, el caso de Nicolás Cabré con su hija de seis años es un buen ejemplo que muestra lo que está sucediendo hoy cuando las "madres solteras" deben salir con sus niños pequeños al supermercado o a la farmacia: las tratan mal . Reciben miradas de desaprobación, las juzgan como malas madres y contemplan a sus hijos como amenazas, las cuestionan, las critican, les hacen pasar un mal momento con los hijos y, en ciertos casos, no les permiten la entrada a los locales.
 
La falta de empatía
 
"Estábamos yendo a un supermercado que queda a tres cuadras de casa con mi hija de seis años y en una esquina se me acercó un policía para comunicarme -mal informado- que tenía que volver porque, según él, durante la cuarentena no estaba permitido circular con niños. Le expliqué que no tenía opción porque estoy sola. Deberías pedir ayuda si no querés que tu hija termine en un crematorio, me respondió en tono paternal. No le hice caso para no armar un escándalo con mi hija presente. Solo le contesté que necesitaba hacer las compras, le pedí por favor que me dejara y, después del mal momento, nos permitió seguir caminando", cuenta Inés Fernández, una arquitecta que asegura que nunca los días fueron tan largos. "En estos momentos te das cuenta de que los prejuicios siguen ahí: si tu familia no es como la tradiciona, entonces, te discriminan", agrega.
 
Paula Lodi, abogada de familia, explica que "ahora la excepción es la regla: todos tenemos nuestro derecho a circular restringido como consecuencia de la pandemia. El caso de una familia monoparental no se encuentra contemplado dentro de las excepciones . Si bien es riesgoso que los niños y las niñas salgan a la calle, lo cierto es que nada impide que puedan circular con un progenitor si este debe realizar alguna actividad esencial como hacer las compras, tomando los recaudos pertinentes. Considerando la edad del menor resultaría mucho más riesgoso que se quede en su casa sin el cuidado de persona alguna".
 
"Fui a la farmacia con mi hijo de cinco años a comprar ibuprofeno porque me había venido. En la puerta me dijeron que no podía ingresar con él, que eran las disposiciones de la empresa. Les conté que estaba sola, que no tenía a nadie con quien dejarlo y empecé a llorar sin querer de la impotencia que me dio. Me permitieron entrar bajo la premisa de que hiciera lo más rápido posible. Fue una situación muy angustiante para mí y también para mi hijo que no entendía por qué nos cuestionaban la entrada. Hay mucha hostilidad en la calle , desde un par de autos me han gritado irresponsable y algunas personas se alejan de nosotros como si tuviéramos lepra, como si mi hijo fuera un portador definitivo del virus. Son pocas las personas solidarias", relata Julieta Gallo, una psicóloga que alterna sesiones por Skype con las demandas de su niño.
 
Lo que dice la legislación
 
La falta de información y el exceso de vigilancia por parte de algunos ciudadanos son en parte las causas que provocan estas situaciones que, lejos de ayudar, entorpecen y no colaboran con la empatía necesaria que requieren estos días . Se trata de dejar de señalarlas con el dedo desde el pedestal de la moral, ofrecerles ayuda con las compras o dejarlas pasar en las largas colas que se arman frente a los supermercados, verdulerías y farmacias.
 
Hace una semana desde el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad se difundió un video en redes sociales que da información precisa para las familias monoparentales donde se explica que una madre que está sola con sus hijos puede salir libremente a abastecer el hogar con ellos , que no necesita de ningún permiso para circular sino solo algo que acredite el vínculo como el DNI del o los pequeños.
 
Frente a la multiplicación de denuncias por discriminación, Victoria Donda, la titular del INADI, aclaró también a toda la población que las madres solas que no tienen con quién dejar a sus niños o niñas están autorizadas a salir con ellos a comprar.
 
Las opciones
 
Hacer compras online es una alternativa en el caso de que haya una planificación anterior: hoy los pedidos están tardando entre una semana y diez días en llegar. Además, se debe contar los suficientes recursos económicos para pagar las compras y el costo de los envíos.
 
Apelar a la solidaridad de los vecinos o amigos que vivan es otra posibilidad. Se les puede pedir que traigan las compras haciéndoles una lista clara y sencilla con lo necesario para el hogar o, en todo caso, dejar a los niños a su cuidado y correr al supermercado para hacer lo más rápido posible.
 
Usar la tecnología es posible cuando el niño tiene alrededor de seis años y puede entender que se va a quedar solo con una amiga, hermana o abuelo que lo va a cuidar de manera virtual , a través de la pantalla de la computadora vía Skype o Hangouts en continua comunicación con el celular de la madre.
 
Por: Cecilia Acuña
 Familias monoparentales: la mirada cruel de los otros y el drama de hacer las compras en cuarentena