Enterate por qué faltan segundas marcas de leche y el sachet cuesta más de 40 pesos Imprimir
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Martes, 26 de Marzo de 2019 09:31
Con Sancor fuera de juego desde mediados de 2017, la marca líder quedó sin competencia y en el contexto de una caída en la producción láctea, quedó como única opción de compra. Los supermercados remarcan precios sin ningún tipo de control.
 
En las últimas semanas, en supermercados y almacenes se vive una escena similar al momento de comprar leche: el faltante de opciones a la hora de buscar ofertas. Hasta hace algunas semanas, se podía elegir entre La Serenísima y variantes más económicas como La Armonía (segunda marca de la Serenísima) y en el caso de las grandes cadenas (como Carrefour o Wal-Mart) sus  etiquetas propias, con una considerable diferencia a la hora de pasar por caja.
 
Con Sancor fuera de juego desde mediados de 2017, la marca líder quedó sin competencia y en el contexto de una caída en la producción láctea, quedó como única opción de compra. Con precios que oscilan entre los 39 y 42 pesos por sachet, los consumidores se quedaron sin alternativas.
 
A esta situación se llegó por un cúmulo de factores, en donde sobresale el faltante de producción, agudizado por las incidencias climáticas en Santa Fe y Córdoba. A este panorama, debe sumarse la falta de rentabilidad para los productores, que reciben un precio por su materia prima que los hace trabajar a pérdida y la falta de acceso al crédito, que constituye un auténtico cuello de botella.
 
¿Por qué hay solo una marca en góndolas y no se puede conseguir las opciones de Precios Cuidados? Consultado por INFOCIELO, el analista lácteo Marcos Snyder señaló que desde La Serenísima argumentan que elaboran la cantidad habitual de su segunda marca, pero que se agota velozmente.
 
De esta manera, y sin Sancor que habitualmente ejercía de contrapeso, esta marca impone su voluntad. Así, en los pasillos de lácteos de cualquier supermercado argentino es común encontrar a cualquier hora del día un abundante suministro de sachets de esta primera marca, con su nuevo y colorido packaging, con una numeración de 0 a 3 de acuerdo a su tenor graso.
 
Para el analista, se llega a esta situación por dos factores. Por un lado, la voracidad de los comercios, que ponen precios casi a voluntad, y un Estado ausente de los controles. “El comercio tiene que aflojar con la remarcación”, sintetizó.  Por el lado del Gobierno, sostuvo que además de la falta de controles a la hora de fijar los valores, debería impulsar medidas como la disminución del IVA.
 
De todas maneras, aunque se diera esta situación, ¿los comerciantes trasladarían esta rebaja al precio final? La historia argentina cuenta con sobradas pruebas que cuando una cotización sufre un incremento, jamás retrocede.
 
En esta sintonía, existe una razón de peso que explica la ausencia de La Armonía en los puntos de venta: para la mayor usina láctea argentina no es negocio lanzar al mercado un producto por debajo de los 30 pesos. Sin competencia a la vista, la empresa buscará maximizar sus ganancias, y en este camino “Precios Cuidados” es un estorbo. Capitalismo puro y duro.
 
Desde el Gobierno nacional, el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, minimizó el problema y confía en que esta situación se resolverá. “Hoy en Argentina hay 300 usinas lácteas que comercializan en nuestro país, y que una sola empresa no produzca lo suficiente para determinados consumidores, no nos alerta”, señaló el funcionario en un comunicado.
 
De esta manera, mientras la mayor empresa láctea del país incrementa sus ganancias de manera exponencial y sin controles por parte del Estado, los consumidores son –una vez más- los rehenes de esta historia.
 
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