¡No nos confundamos!: Los aplausos no sirven. Imprimir
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Miércoles, 01 de Abril de 2020 07:34
Los aplausos se agradecen, llenan, dan ánimo, fuerza y ganas pero no sirven. No sirven porque no tienen valor (o valores), son aplausos demagogos, aplausos hipócritas de gente con miedo. Los aplausos van a servir el día que se recuerden. 
 
El día que termine todo este lío (que va a terminar) y la misma persona que te aplaudió no te mire como a un delincuente cuando paras cinco minutos a tomar un mate después de atender veinte pacientes.
 
 Van a servir el día que el mismo señor que te aplaudió no se queje de tener que pagar $500 una consulta especializada cuando a la noche se toma tres cervezas en un bar caretón por el doble y ni chista. 
 
Van a servir el día que la señora que te aplaudió no pretenda tratarte de esclavo sólo porque paga una Obra Social Platino. Van a servir el día que dejemos de disfrazar de "vocación" a la explotación y se entienda que es una absoluta locura laburar 24, 36 o 48hs seguidas (Y a veces más, crease o no).
 
 Van a servir el día que el mismo político que hoy te trató de Superman venga y solito te diga "doctor, su sueldo está 30% desfasado, tome lo que resta". Van a servir el día que los mismos que te aplaudieron no pongan en duda tu diagnóstico y/o tratamiento porque la vecina de la esquina le dijo que se ponga aloe vera. 
 
Van a servir cuando los hospitales y centros de salud estén equipados como corresponde. Cuando se entienda que la guardia es para urgencias (¡¡urgencias!!) y no para el dolorcito de rodilla que te dio por jugar a la pelota. 
 
Los aplausos van a servir cuando la gente deje de insultarnos por negarnos (en todo nuestro derecho) a hacer el certificadito, el papelito, la recetita, el sellito, la firmita.
 
Los aplausos son un mimo, ese mimo que la sociedad no nos brindaba hace décadas, reconforta en un momento en el que todos estamos frágiles, extrañando a nuestras familias, parejas y amigos, pero no van a servir hasta el día que entendamos que los médicos, médicas y todo el personal de salud son seres humanos que invierten una década de su vida a su formación (y más también), se capacitan permanentemente y ademas son padres, madres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, y viven, y sienten, y duermen, y lloran, y se equivocan, y se enojan, y aún así siguen adelante y le hacen frente (hoy) a este bicho de mierda y también a una sociedad que los denosta permanentemente y sólo aplaude porque los necesitan más que nunca, pura (o puta) conveniencia.
 
Que en cada aplauso venga aparejado un cambio de actitud hacia el sector salud; si no es así, no sirven para nada.
 
Emi Demarchi.
Médico.
Mat. Prov: 24973.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 ¡No nos confundamos!: Los aplausos no sirven.