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Reconocimiento a Mayores (Parte 1) Imprimir
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Viernes, 12 de Febrero de 2010 22:10

Reconocimiento a Mayores (Parte 1)Este viernes por la noche en el Salón de Usos Múltiples de la Escuela Nº 1 se entregaron los reconocimientos a distintos vecinos del Partido de Rivadavia, continuando con la que había comenzado tiempo atras y en el marco del año del Centenario del Distrito. Aquí te contamos quienes fueron reconocidos y te mostramos en imagenes su emoción y la de sus familiares. Jose Vidal, Osvaldo Fernández y Ezio Bologna.

Sr. José Vidal
 
 
José Vidal, ciudadano del Partido de Rivadavia, nació el 19 de Marzo de 1919 en la localidad de González Moreno.
Hijo de inmigrantes españoles, transitó su infancia en Colonia Drysdale junto a sus cinco hermanos.
De familia humilde y trabajadora, a temprana edad desarrolló su capacidad y placer por las tareas productivas agropecuarias.
En el año 1944 logra adquirir junto a su familia unas hectáreas de campo en la localidad de Sundblad, mismo año en que conoce a María Tomé, con quien se casa constituyéndose en su señora y compañera de vida por 59 años.
Fruto de ese matrimonio nace al año siguiente la pequeña Ángela, conocida como Angelita Vidal.
Su vida ha transcurrido prácticamente allí, actualmente por razones físicas está radicado aquí en la zona de América.
Pepe Vidal, así llamado por sus conocidos, ha desarrollado una vida ordenada y de mucho trabajo, siempre relacionado con el campo, pero que bien pudo acompañarla con una vida llena de alegrías.
Hombre de palabra, seguro de sí mismo, algo testarudo y muy familiero, convirtió al campo por años, junto a su esposa, el mejor lugar de verano para que fueran a vacacionar sus únicas dos nietas, Fernanda y Ángeles.
Cómo olvidar las caminatas a la mañana y a la tardecita hasta el tanque, las yerras, las visitas al Club de Sundblad, atrapar las carpas con la horquilla cuando el agua de las inundaciones del año 1987 había afectado gran parte de dichas tierras y esas historias inolvidables del sulky que te hacían cabalgar con la imaginación.
Hoy con 90 años de edad, sigue con esa luz interior que siempre guió su vida. Cada día significa para él un día más para compartir y sentirse pleno junto a su familia: su hija, su única hermana con vida, sus nietas y sus dos bisnietos Micaela y Nicolás.
Como diría la frase:
“No mejoramos ni empeoramos cuando envejecemos, sólo nos volvemos parecidos a nosotros mismos”

 

Osvaldo Fernández

Osvaldo Fernández, más conocido como “Chile” nació el 24 de agosto de 1929.
Sus padres, María Dolores Gómez y Eulogio Fernández, oriundos de España (de Salamanca y León respectivamente) llegaron en 1910 a la zona de Sansinena.
Al principio la familia se dedicaba a las tareas agropecuarias en la estancia “La Porfía” (arrendaban tierras) y posteriormente en una quinta alquilada. También tuvieron una fonda muy importante en el pueblo, lugar de reunión de gente foránea, que sirvió además de local al Centro Recreativo Sansinena en sus comienzos.
Es el sexto de ocho hermanos y juntamente con sus cinco hermanos varones se dedicó en su juventud a arar y sembrar la tierra como contrastista rural. Además de trabajar en los campamentos con los tractores posteriormente también lo hizo con las cosechadoras, mientras que otros de los miembros de la familia se dedicaban a la atención de una Estación de Servicio YPF en la localidad.
Así, con el tiempo, pudieron llegar a adquirir sus propios campos.
Vivió por años en el establecimiento denominado “La Dolores”, explotación dedicada a la ganadería, con su esposa Angélica Funcia y sus hijas María Silvia y Marcela.
Ya en el pueblo, y como consecuencia de la llegada del Río V a sus campos en 1979, empezó a desarrollar lo que es su hobby preferido en la actualidad, la atención y cuidado de diversos pájaros, en su mayoría débiles o heridos y de vida acuática, en su Mini Zoo “El Chajá”. También recorta sus siluetas en chapa y de esa manera adorna su jardín juntamente con otros elementos antiguos (arados, pala, molino entre otros) que él mismo ha restaurado. Nunca se aburre, siempre está pintando o creando algo y goza de una energía increíble pese a haber tenido distintas fracturas en sus piernas que lo han mantenido por largos períodos sin movilidad.
Le encanta bailar, es hincha fanático de River y le gustan mucho los caballos, por eso es que para el Centenario de Sansinena armó su sulky y a sus 80 años formó parte del desfile junto a sus nietos con la gente de a caballo. 
Es todo un personaje de Sansinena. 
Benedicta Muñiz Vda de Charette
Benedicta Muñiz de Charette, tercera hija de Cándida Martínez y Bernardino Muñíz, oriundos de España, Pcia. De León, nació un 23 de Octubre de 1928 en América, en el que en ese entonces era domicilio de sus padres, con la atención de una partera.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº1 de nuestra ciudad.
El 22 de Octubre de 1949 se casa con quien fuera su esposo y compañero de vida por 52 años, Don Esteban Charette.
En 1950 es invitada por la Sra. Esther Vincent a tener su primer hijo en la sala de partos del Hospital Municipal, recientemente inaugurada, como se acostumbraba en esa época.
Es madre de tres hijos: Mario, Héctor y Jorge, abuela de 7 nietos y un bisnieto.
Se inicia en el mundo de la costura, cursando sus prácticas con la Sra. “Porota” Llompar y comienza sus actividades como modista en el año 1959 junto con su entrañable amiga (ya fallecida), Doña Virginia Margutti.
Es el día de hoy que, con gran satisfacción, sigue desarrollando este oficio vistiendo a clientas coquetas que siempre quieren verse bien y respondiendo con buena predisposición a cualquier otro favor que se le pida.
Su espíritu solidario y su profesión de modista la mostraron siempre dispuesta a colaborar con las obras de bien, por eso cosió voluntariamente los uniformes del Grupo Scout “San Bernardo” y  para la Peña de folclore, Suyay.
Hace aproximadamente 10 años que integra el grupo de trabajo del Centro de Jubilados, siendo hoy miembro de esta comisión con el cargo de Vocal Titular.
Familiera y respetuosa de sus raíces mantuvo siempre contacto con sus familiares en España.
Doña Benedicta, entre agujas, hilos y dedales, ha sabido coser, en la tela de su vida los buenos recuerdos y los gratos momentos que hoy vive junto a su familia.

 

Don Ezio Bologna
 

Nació en Italia en el pueblo de Nogara el 13 de septiembre de 1923.
Allí recuerda haber tenido una hermosa juventud.

Sin embargo, en abril de 1942 fue arrancado de su familia para incorporarse por obligación al ejército, ya había estallado la Segunda Guerra Mundial y fue deportado a Alemania a los terribles campos de concentración.

Con la ayuda de Dios sobrevivió a los terribles bombardeos americanos e ingleses.
Terminada la Guerra estaba perdido y desorientado por Europa. Después de un largo viaje llegó nuevamente a Italia con la inmensa alegría de abrazar a su familia, para él fue como “vivir de nuevo” y despertar de un largo sueño.

Tenía las manos vacías, con sólo 23 años, sin trabajo, se sentía derrotado después de haber expuesto su vida por la patria.

Buscando su propio futuro, volvió a dejar a familia por segunda vez, sobre todo a su madre adorada que como todas las madres son las que más sufren.

El 1 de enero de 1948 emigró a la Argentina, el país elegido para trabajar mediante un contrato como albañil, su especialidad.

Llegó a Buenos Aires sin saber el idioma, con poco dinero, sin conocer a nadie, solamente a sus 4 compañeros. Después de un año de trabajo, por razones de salud debía volver a su país pero pudo quedarse al cambiar de empresa. Ésta lo llevó a Gral. Villegas, terminado el trabajo lo pasaron con sus compañeros a Ameghino. Luego los destinaron a la localidad de Fortín Olavarría a construir la nueva escuela nº 5.

Siempre afirma que la edificación de la escuela centenaria, le trajo mucha suerte porque al trabajar en ella, recibía el cariño de la gente y su calidez, hizo que se sintiera como en su pueblo natal y fue ahí, entonces que decidió quedarse por el resto de su vida.

Culminada esta obra, los compañeros regresaron  a Buenos Aires pero  él, al sentirse muy cómodo en el pueblo y con la gente, decidió quedarse.

Comenzó  a concurrir a los bailes organizados por los clubes para entrar en la vida social, al  tiempo que también tomaba trabajos en la zona.

En uno de esos bailes conoció a la que hoy es su compañera y esposa, Doña Francisca.
59 años por la bendición de Dios que están juntos.

Llegaron los hijos: Ana María quien formó su familia con Javier y les regalaron 3 nietos. Gabriel se casó con Mónica, y les añadieron un nuevo nieto. Y hoy ya gozan de la alegría de 4 bisnietos.

Así fue como encontró la felicidad sabiendo despuntar las espinas de la vida y siguiendo adelante muy feliz.

Para él Fortín Olavarría es como vivir en un rincón del paraíso.

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