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Ibiza mágica Imprimir
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Martes, 02 de Julio de 2013 16:10

Por Claudio Ruax desde Italia para Master News

 

La vueltas de la vida, la suerte (a la cual siempre hay que ayudar) y el trabajo me han llevado a España despues de cuatro años. En este caso a la España insular, precisamente a la isla de Ibiza.

 

Ibiza mágica, alternativa, exagerada, solar, nocturna, histórica e histerica, Ibiza inolvidable.

Que decir entonces? Veamos de donde empezar.

Cada lugar tiene un color y a Ibiza el blanco y el azul le sientan de maravillas. Su centro histórico llamado en catalán Dalt Vila, es blanco, blanquisimo. Balcones enmalvonados que miran hacia el mar que todo abarca. En su cima nos espera la catedral con su vista del puerto y la ciudad.

Dalt vila


Vagabundear por sus calles es descubrir los rincones mas íntimos de Eivissa (nombre de la ciudad) y ver la vida de sus habitantes. La población ibizenca es muchas veces esquiva al turismo masivo por eso es mejor escapar por los callejones solitarios que nos llevan a patios silenciosos con higueras y fuentes que nos llenan el alma. Cerca del mar las calles pululan de bares y negocios que se animan al atardecer cuando el sol se esconde y el fresco viento de la tarde nos invita a caminarlas, y alli podemos encontrarnos con el Mercat Vell, donde todas las mañana las frutas y verduras frescas se venden en este mercado.

El centro cambia con el pasar de las horas y los bares nos tientan con una caña de cerveza o un cava catalán acompañado de algunas tapas esperando la noche. La famosa noche ibizenca llena de fiestas, musica, discotecas, y bares.
Hay espacio para todos, jovenes y no tan jovenes pueden compartir un bar, una fiesta o una mesa. Aqui todo es más libre, cada uno se viste (o no se viste) como quiere, cada uno hace y deshace lo que quiere. Nadie juzga y uno es bienvenido siempre. Todo se mezcla en la noche ibizenca, idiomas, clases sociales, edades, culturas, quien toma y quien no toma, quien fuma y quien no fuma, una isla de babel donde la libertad es de casa. Prostitutas, viajeros, turistas, aventureros y play boys...
Como en toda ciudad ciertos lugares no son recomendables para el turista distraido, sobre todo a ciertas horas de la noche, pero basta tener el sentido fino para saber donde doblar o donde detenerse.

La noche e Ibiza forman una pareja que atrae turistas de todo el mundo. Las discotecas como Pacha, Ushuaia, Amnesia o Lio el restaurant-café concert mas importane de toda la ista, ofrecen la diversión asegurada.
Y hablando de restaurantes no podemos olvidar que este año ha abierto Downtown Cipriani, lugar exclusivisimo de Ibiza. Por mi trabajo he podido visitar el Lio, y puedo asegurar que el espectaculo es de primer nivel, digno de un lugar como Ibiza.

Como les decía, el azul es el otro color de la isla. Obviamente relacionado a ese hermoso mar que la rodea. Playas de ensueño, calas y bahias hacen de esta isla un lugar donde detenerse.

La cercanía de algunas de ellas a la ciudad me permitieron visitarlas mas a menudo que otras. Alli está por ejemplo la bellisima cala Talamanca donde uno puede quedarse sentado en la playa hasta el anochecer, de recomendar el bar Flotante a dos pasos del mar.
En estas playas se encuentran las antiguas casas de pescadores, con aleros hechos con hojas de palmera , basta sentarse alli, observar el atardecer y relajarse. Como se dice por aqui “en Ibiza no hay prisa”, y es verdad, todo transcurre lentamente. El atardecer dura una eternidad, las horas pasan calmas y la gente se toma tiempo para todo.

En cala Talamanca he podido disfrutar el 23 de junio de la noche de San Joan (noche de San Juan). Largo toda la bahia se encienden fogatas donde la gente cena a la luz de la luna.

Cala Talamanca

Despues, hacia medianoche los fuegos artificiales inundan el cielo estrellado y el baño en el mar es casi obligatorio. Las personas tiran al fuego pequeños pedazos de papel en donde escriben las cosas que no quieren para el proximo año y saltan sobre el fuego para sellar este pacto, y asi transcurre la noche entre musica, vino y canciones.

He podido visitar la cercana isla de Formentera con su mar turquesa que inunda los ojos. Playas selvaticas con dunas y un sol que nos invita a admirar este ensueño balear.

Alquilando una bicicleta he podido recorrer distintas playas de esta pequeñisima isla que verdaderamente merece ser visitada. Creo que quien la visita no olvidarà nunca sus hermoso mar.

Playa de Formentera


Ibiza nos invita a sus bares y su buena mesa, regada de sangria, cava catalán y vinos blancos de Penedés, estos últimos son optimos compañeros de las gambas y los calamares ibizencos. Nada mejor que ver el atardecer en Sa Punta, a dos pasos del mar, saboreando estos frutos del Mediterraneo con el sol que lentamente se apoya sobre el horizonte..
Claro que también las clasicas tapas estan presentes, patatas bravas con alioli, pan amb tomat, jamones ibericos, serranos y pata negra, quesos manchegos, olivas con anchoas, sardinas, tortillas y la infaltable paella hacen las delicias del paladar y del espiritu.

Y si de comidas se trata, quien no ha estado en el restaurante Los Pasajeros, no ha estado en Ibiza, al menos es lo que se dice por aqui, y confirmo que toda Ibiza pasa por este restaurante.
El ingreso es una escalera angosta que nos lleva a un primer piso con una sala pequeña, seis mesas, un balconcito con otra mesa, paredes llenas de posters, manteles de papel sobre las mesas antiguas. Si no se sabe que alli está los Pasajeros se puede pasar de largo sin enterarse de su existencia. Escondido entre las callejuelas del centro historico esta joyita debe ser visitada.
Visto que he ido mas de una noche, puedo decir que he probado algunos de sus mejores platos, atun a la plancha, pollo a la naranja, cordero asado, y para los que añoramos los platos argentinos nos esperan el pastel de papa, la entraña, y el flan con dulce de leche. Precio medio €10/€15, los pasajeros no invierte en imagen si no en calidad de comida, y alli estan para testimoniarlo un cantidad enorme de turistas e ibizencos que hacen cola en la escalera esperando un lugar.

Para terminar el chupito de hierbas ibizencas viene ofrecido a los comensales. Nos reciben la dueña que es genovesa,y la gente que alli trabaja, un siciliano, una uruguaya y un argentino. Mis amigos italianos y yo sobretodo, nos sentimos como en casa, mezclando el italiano con el castellano y el inglés, ya que muy a menudo se debe compartir las mesas con otras personas, entonces la velada se transforma en anecdotas entre ingleses, alemanes, franceses, ibizencos, italianos y argentinos hasta muy entrada la noche, cuando los chupitos inician a terminarse dejamos atrás Los pasajeros prometiendonos volver otro día.

Mi permanencia en Ibiza fue de diecisiete dìas, este tiempo me ha permitido ver la vida de esta isla a toda hora, en un par de meses volveré otras dos semanas, para cerrar el ciclo veraniego. Seguramente descubrirè otros aspectos de esta isla y de esta ciudad que como dije al inicio es mágica.

He conocido muchísimas personas de todo el mundo. Los españoles me decían que hablaba español con acento italiano, los italianos que hablaba italiano con acento español y los ingleses me decían que vestía como un italiano pero que me movia como un español… en fín mis raices latinas son indiscutibles, hablar tres idiomas todos los días me llevaba a esta confusion de acentos que me hacen sentir vivo más que nunca bajo el sol balear.

Volveremos a vagabundear por sus calles, por sus playas, conoceremos otras personas, otros puertos, otras noches y otros días nos esperan, el viaje nunca termina.

En Ibiza no hay prisa.

Claudio 

Ibiza mágica